viernes, 15 de septiembre de 2006

Tango y Cultura Popular Extra 3

Tango y Cultura Popular

Año VI - Número Extraordinario© Intertango, 2006Septiembre de 2006

Publicación electrónica mensual y gratuita de la Asociación Civil Intertango
(Rosario, Santa Fe, Argentina), destinada a la difusión e intercambio de novedades, comentarios, reflexiones y opiniones vinculadas al tango y a otras expresiones de la cultura popular.
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En este Número Extra:

Tango-tecno, otra vuelta de tuerca

Por Carlos Hugo Burgstaller.

¿De qué se trata todo esto?

Por Ricardo Schoua.

Una nota de humor
Por Víctor Danelinck.

Opinan los lectores
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LUCY SABORIDO
Dictará seminarios
de tango cantado

A partir de octubre de 2006
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Tel. (011) 4372-0458

E-mail: lucysaborido@speedy.com.ar

www.lucysaborido.com.ar

Tango-tecno, otra vuelta de tuerca

Antes de lanzarme a escribir estas líneas me planteé si se justificaba continuar con este intercambio de ideas. Mis dedos se detuvieron sobre el teclado y como dos arañas inmóviles quedaron esperando una orden. Tardé un rato, quizás solo fueron segundos, pero me pareció mucho más hasta que di la orden y continué escribiendo. Había decidido que vale la pena seguir.

Ahora, cómo entrar nuevamente en este tema, y me acordé de algo: El pintor Kasimir Malevich, ruso él, muerto en 1935, pintó por 1918 "Blanco sobre blanco". Y el cuadro es eso: fondo blanco y sobre él un cuadrado un poco más oscuro, digamos un poco gris. Recuerdo que cuando vi la reproducción (hay otras experiencias similares) me dije: Este es el punto final de la pintura de caballete, aquí la pintura murió. Luego el tiempo trajo otras ideas pero ese sabor a final me duró por muchos años.

Ahora, ¿por qué traigo a colación este ejemplo? Porque pienso que a las manifestaciones artísticas (literatura, música, plástica, teatro, cine, etc) les llega un momento en que, parecería, no saber por donde seguir, que camino tomar. Pienso en el Jazz, por momentos parece que no encuentra un rumbo y no hay más Armstrong ni Parker. Pienso en el Rock y siento lo mismo, la repetición de formulas, y que en muchos casos no pasa de ser música para adolescentes (sin que esto esté mal) pero siento que en el camino se perdió toda la evolución que hubo en estos últimos cuarenta años. Jazz y Rock, uno hijo bastardo del otro, han alimentado mi vida por muchos años y lo siguen haciendo; sin embargo hoy me cuesta digerir lo que se produce. Ahora, usted se preguntará y el tango-tecno dónde entra en todo esto. Bueno no se en realidad si entra, pero por aquí va transitando mi pensamiento y quizás llegue a algún destino. Algunas veces el camino más corto entre dos puntos no es una recta. Pero sigamos.

He planteado en una nota publicada en el N° 78 - Noviembre 2002 de TANGO Reporter titulada: "El tango, ¿una eterna recreación?" que, por el momento, parecería que el destino del tango es una eterna recreación. Muy digna, de mucha calidad, con muy buenos resultados en su mayoría, pero, en el fondo, no es más que una repetición. Claro que esto dicho con todo respeto y disfrutando esas recreaciones. Sospecho que con el Jazz pasa lo mismo, y con el mismo criterio seguimos escuchando Bach o Mozart en las versiones de nuevos intérpretes. La pregunta es por qué no hay nuevas Malenas, nuevos Cafetín de Buenos Aires o Volver, o Bulines de la calle Ayacucho. Se que hay razones, y tal vez este sea un buen tema para seguir cotejando ideas, por supuesto en otra oportunidad. O quizás, y lo pienso en este momento, este sea el verdadero tema a discutir.

Pero como dice nuestro amigo Ricardo Schoua entremos en el asunto; y cito a Ricardo porque fue la lectura de su nota (Punchi, punchi) la que desató esta otra vuelta de tuerca.

No me molesta que presenten al tango-tecno como "la renovación del tango", "el tango joven" o "el nuevo tango". El tango siempre fue nuevo y siempre, o casi siempre, estuvo hecho por jóvenes.

También es cierto que detrás, siempre, está la publicidad, las ganas de vender, tanto lo bueno como lo malo, aunque en general hay más interés en vender lo malo, y por supuesto que aquí entran los juicios de valor. Pero sospecho también que el tiempo, la formación, el conocimiento van separando la paja del trigo y al final estos títulos, estas categorizaciones van quedando en segundo lugar o simplemente en el olvido. Lo que perdura es el hecho artístico.

Todos sabemos de la fuerte e indeleble marca que dejó Piazzolla, quien, como todos sabemos en su momento, e incluso aún hoy, fue rechazado y criticado. La música de Piazzolla no es tango. Está bien, las revoluciones provocan rechazos y los cambios alteran los nervios, ya lo sabemos. Y coincido con muchos en que usar siempre el ejemplo piazzolliano ya no alcanza. Pero en lo que no hay que caer es en pensar (y aquí creo que todos coincidimos) que todo lo que sea rechazado hoy mañana será aceptado. No por el simple hecho de no gustar hoy llegará mañana a ser música clásica. Si Einstein fue un mal alumno no quiere decir que todos los malos alumnos que pululan hoy en día mañana descubrirán la ley de la relatividad. Lo que pretendo decir, y no siempre soy claro, es que lo que habría que buscar son las razones de por qué surgen algunas formas, musicales en este caso, y que es lo que las motivó a ellas. Vuelvo a esto: ¿es un producto coyuntural, son solo fuegos artificiales? Pues entonces quedarán en el olvido, pero si es un camino que puede crecer, ampliar sus horizontes, brindarnos una nueva visión de este arte tanguero; entonces démosle tiempo. Borges decía que un buen libro es aquel que soporta cien años. Y si veinte años no es nada cien es solo un poquito más, bien podemos esperar.

A esta altura el rumbo de estos comentarios, definitivamente, lo marca la lectura de la nota de Ricardo. Nota que me sirvió, al fin, de disparador de algunas otras reflexiones y comentarios y eso está muy bien, si un artículo no sirve para reflexionar entonces no es un buen artículo.

Un pasaje que me llamó la atención fue el comentario de Sebastián Eulacio en Informe Uruguay que Schoua reproduce en su nota. Y, en realidad, no me llamó la atención su comentario sobre el tango-tecno sino de las aclaraciones que hace: "Y aclaro que soy joven y toco el bandoneón..." y este tipo de aclaraciones siempre me despiertan sospechas. Porque pareciera que haciendo esta aclaración tiene mayor autoridad para opinar y entonces dice Eulacio: "y me parece que la mayoría del tango electrónico es más que nada un producto, un marketinazo que le gusta a gente que no le gusta el tango". Me pregunto: Yo no soy un joven y no toco el bandoneón entonces mi opinión ¿no tiene el mismo peso? Y en cuanto a eso que el tango-tecno le gusta a gente que no le gusta el tango, bueno, le tengo malas noticias: A muchos que nos gusta el tango nos gusta el tango-tecno. Eso creo que se llama sectarismo o algo parecido, le dejo a usted, querido lector, buscar la palabra justa, yo sigo adelante y me encuentro con un comentario que me sorprende, o por lo menos me llama la atención:

2.- "El tango-tecno puede ser una puerta para que los jóvenes entren al tango". Traducido crudamente esto quiere decir: "Sabemos que los jóvenes son tontitos, entonces les vendemos el punchi-punchi que ellos están acostumbrados a escuchar y, como quien no quiere la cosa, le enchufamos algunos compases de tango, así les resulta más facil de digerir". O sea, el viejo cuento de rebajar el contenido porque "es lo que el público quiere", tan usado para justificar la programación basura que "nos brinda" la televisión.

Y no puedo evitar este párrafo porque surge, creo que claramente, de mi artículo publicado junto al artículo de mi querido amigo en el mismo número especial de Tango y Cultura Popular. Y allí yo sostengo que el tango-tecno bien puede ser una puerta para que los jóvenes entren al tango. Y entonces voy a compartir con ustedes mi experiencia. Entre tantos programas de radio que he realizado llevo adelante desde hace dos años "Mala Junta" emitido todos los sábados por una de las más importantes radios de la provincia de Salta. En dicho programa he difundido y lo sigo haciendo el tango-tecno, como lo hago con Andrés Calamaro (y voy a volver sobre este cantor), Omar Mollo, Gabriela Torres, Melingo y también tangos grabados por Litto Nebbia, Charly García, Luis Alberto Spinetta, Fito Paez o Moris. Y las respuestas de los oyentes siempre tienen el mismo tenor, les comento: Los oyentes que pasaron los sesenta y setenta, que son muchos, no solo respetan mi elección musical, sino que también coinciden en que está bien difundirlos, porque los muchachos y muchachas se van a identificar más con ellos y es un comienzo para descubrir el tango. De la misma manera llaman los muchachos que tienen puestos de artesanías en las zonas turísticas de la ciudad y aplauden la idea y preguntan que hay detrás de eso, quiénes eran los que hicieron el tango, a quiénes les recomiendo para empezar a descubrir a los que hicieron escuela. Si a alguno de ustedes no les gustan estos intérpretes, está bien, pero recordemos que no aprendemos a leer y escribir con Cervantes, empezamos con algo más sencillo. Y esto no descalifica, en mi opinión, a los intérpretes que cité recién, como tampoco al tango-tecno.

Y sigo. El trabajo de mi esposa, ella es rectora de un colegio, me permite tener mucho trato con adolescentes y solemos hacer, de tanto en tanto, trabajos que involucren el tango, y sigo el mismo criterio. Con el tiempo muchos se han dedicado a bailar, otros a escuchar, mientras no dejan de ser chicos y van a bailar los sábados por la noche. Y tengo más. En el trascurso de este año he formado una agrupación dedicada a difundir el tango a través de el canto, el baile, la música, el relato, las historias, la gráfica, la plástica, la docencia y que hemos llamado "Los cosos del tango". En todas las reuniones de trabajo y ensayo que realizamos los días jueves contamos siempre con la presencia de adolescentes (sobrinos, amigos, novios y novias) y poco a poco el tango les fue llegando. Al comienzo ni se nos acercaban pero un día pararon la oreja: estábamos analizando el disco de Calamaro y la historia cambió. Hoy mis sobrinas de seis y siete años cantan Malena y Sur, y mis sobrinos y sobrinas y sus amigos no faltan a ningún espectáculo de tango que realizamos. Como buenos guitarreros y folkloristas salteños que son, intercalan en sus guitarreadas algunos tangos.

En el año 2005 presenté un espectáculo en el teatro de la Fundación Salta titulado "Seducciones de Tango" creado y dirigido por el ballet Pasión y Tango de San Salvador de Jujuy. La mitad del espectáculo se basaba en el tango-tecno y la otra mitad jugaba con los clásicos del 20, 30 y 40. El público aplaudió de pié, a teatro lleno, en su gran mayoría tangueros, y sobre todo milongueros.

Y me llega como un grato recuerdo a mi memoria algo que tiene que ver con mi vida y no anda lejos de este tema, digo de los jóvenes a los que se le vende cualquier cosa. Allá por el inicio de mi adolescencia un primo, mayor por unos años, me compraba mis primeros discos. Los Náufragos, Donald, y una cantidad de nombres que hoy ya solo están en una caja de los recuerdos. Yo empecé por ahí y hoy llevo años disfrutando de Goyeneche y de Plaza, y de Piazzolla y de las letras de Manzi y de Celedonio Flores. Y llevo más de diez años trabajando en la Fundación Jazz Club de Salta y el mismo tiempo, todos los domingos por la noche, en Radio Nacional Salta, en un programa de jazz. Cuento esto y podría contar mucho más pero aquí me quedo. Lo que sigo sin entender es eso de "Traducido crudamente esto quiere decir: "Sabemos que los jóvenes son tontitos, entonces les vendemos el punchi-punchi que ellos están acostumbrados a escuchar..." Bueno siempre cabe la posibilidad de que yo esté equivocado y solo sea una excepción que confirma la regla.

Y para ir terminando. Claro que sabemos, e incluso sufrimos, la presión de los medios, y como condicionan el consumo. Y voy a esa anécdota con tu amiga que entró al tango por Andrés Calamaro y que no pudiste soportar. Pero claro que no es Goyeneche, claro que es otra cosa. Hasta ahí estamos de acuerdo y es muy posible que el tema sea ese: que sea otra cosa. Ahora en lo que no estoy del todo de acuerdo, o por lo menos no me queda claro es aquello de por qué una chica con formación universitaria se decide a escuchar tango y no compra Goyeneche. La Universidad no acorta las orejas me decía mi abuela Josefa. Y por otro lado, y sin querer desilusionarte mi querido amigo, por más que Goyeneche sea uno de los cantores más famosos, te puedo asegurar que hay muchos, pero muchos que no lo conocen.

Y, creo que ahora si te voy a desilusionar, a mi me gusta mucho Andrés Calamaro, y creo, y te lo comento con todo el respeto y admiración que te tengo, que no está bien catalogarlo de "semejante porquería" sencillamente porque no te gusta, o no entra en tus esquemas de cómo debe cantarse el tango. En todo caso las opiniones sobre los gustos de los demás deben emitirse con mayor prudencia. Y no es un reto es, simplemente, un comentario de amigo a amigo. Me arriesgo a decir que los tiempos pueden traer nuevas formas de interpretar los tangos.

Y ya, ahora si, terminando, creo que toda esta cuestión, en realidad, apunta hacia lo que bosquejaba al comienzo. Propongo que la discusión pase por otro lado; discusión siempre enriquecedora, y que tendría que ver con las razones, (olvidándonos un poco del marketing) con los motivos, con los cambios sociales, económicos, políticos, culturales que provocan estas manifestaciones que hoy nos convocan. Quizás debamos plantearnos si nuestras raíces son lo suficientemente profundas, si las búsquedas deben permitirse errar el camino, si debemos aceptar lo que se muestra hasta que lleguen tiempos mejores, salvo que, simplemente, "nos vamos poniendo viejos".

Otra cosa, a mí, el tango-tecno, me sigue sonando a tango. Pido disculpas por eso. Y de lo que no se si estoy muy seguro es si el pueblo es el que tiene la última palabra.

Te mando un gran abrazo y sigamos así que vamos muy bien.

Carlos Hugo Burgstaller

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¿De qué se trata todo esto?

Me resulta difícil abordar la nota de Carlos Burgstaller. Si bien es claro en cuanto a que le gusta el tango-tecno, da la impresión de querer quedar bien con Dios y con el diablo.

Me voy a detener en algunas cosas que parecen "asustarlo".
Por ejemplo, se asombra cuando Eulacio aclara, al rechazar el tango-tecno, que es joven y toca el bandoneón e indica que esa aclaración le resulta sospechosa. A mi me parece que Eulacio se pone a la defensiva, para evitar que le pongan la etiqueta de "viejo retrógrado", cosa bastante utilizada desde el "Club del Clan" hasta ahora para descalificar, sin argumentar, a los que piensan distinto. Pero no le sale bien, porque ahora resulta que es un "sectario"... Sectarios son los conceptos de "la renovación del tango", "el tango joven" o "el nuevo tango" aplicados a un sólo tipo de música, porque implican que todo lo demás es "viejo" y no se renueva.
Es cierto que hay muchos tangueros a los que les gusta el tango-tecno, pero no es menos cierto que en gran medida está dirigido a aquéllos a los que no les gusta el tango.

En cuanto a lo de "El tango-tecno puede ser una puerta para que los jóvenes entren al tango", parece que no quedó claro que yo pienso que esa opinión esconde una profunda subestimación de los jóvenes en cuanto a su capacidad de comprender el tango. Y esa idea de "simplificarles el camino" me recuerda a una medida que tomó la dictadura del proceso, ordenando que en primer grado de primaria se enseñen sólo 10 consonantes, además de las vocales. ¿Qué pasaba? ¿De repente los chicos no podían absorber lo que habían aprendido montones de generaciones anteriores? En realidad esa subestimación oculta algo peor: la necesidad de evitar que los jóvenes usen demasiado el cerebro, porque puede ser peligroso...

Eso no significa, Carlos, que yo crea que vos compartas esa subestimación. En tu programa "Mala Junta" y en todas tu actividades vos difundís todo tipo de expresiones, lo que me parece excelente, pero acordarás conmigo que esa actitud no es habitual. Precisamente por tus conocimientos y tu amplitud en el tratamiento de los temas podés llegar a las experiencias positivas que lograste. Pero lo tuyo es mas bien la excepción, no la regla.

Parece, amigo Burgstaller, que creés que yo estoy "ilusionado" con que todos conocen a Goyeneche y precisamente estoy subrayando el manejo interesado de los medios de difusión que es responsable en gran medida de que esto sea así. Y, por lo mismo, tampoco me asombra que los universitarios estén mal informados al respecto, simplemente lo hago notar.

Con respecto a que el tango está obligado a una eterna recreación, te cuento que hay muchos tangos nuevos pero... no se difunden. Como ejemplos cito a La máquina tanguera, de H. Bartolozzi, A Salvador Allende y El equilibrista, de G. Martínez Argibay, Tango villero y Facón Grande, de Karina Martinelli, Feos, sucios y malos y El loco milonga, de Matilde Vitullo (Orquesta Típica Imperial), Beso en el mar, de Fabián Russo y W. Van Vliet, Quién iba a decir, de Ernesto Pierro y Saul Cosentino, Villa Freud, de Hugo Salerno y Liliana Vinelli (Gabriela Novaro), Carritos cartoneros, que interpreta Sandra Luna, las milongas El patiecito y ¿Sos pulenta?, de Bernando Monk y el "tango sinvergüenza" de La Guardia Hereje: Ezeiza y Clase 70, entre muchos otros.

Finalmente, yo no pondría lo que me gusta o lo que me deja de gustar en primer plano. No es de gustos de lo que se trata. Hay gente a la que le gustan las hamburguesas de una conocida cadena norteamericana, pero eso no les quita su condición de comida chatarra.

Un buen vino no se aprende a degustar agregando unas gotas a la coca-cola. Hay que saborearlo puro. Y claro, no es fácil para quien está acostumbrado a los sabores dulzones. Se requiere el esfuerzo de voluntad de conocer algo distinto. Es así en todos los órdenes de la vida. Ahora, puede ser que al que bebió la gaseosa con un poco de vino se le despierte la curiosidad por probarlo puro, pero yo diría que eso es más bien un "efecto colateral" . En general, si lo vemos desde un punto de vista "marketinero", esta mezcla beneficia más a las ventas de la gaseosa que a las del vino.

Los gustos son como las ideas: respetarlos no implica compartirlos, ni callar las disidencias.
Pienso que el gusto de cada uno no es el resultado de una elección libre, sino que está condicionado por la educación, los prejuicios, la propaganda... Y esto no es sólo un dato de la realidad: hay que comprenderlo para luchar por cambiarlo y poder elegir libremente, con conciencia.

Pero, como decía, esta polémica no es una cuestión de gustos. Enfocarla así tiende a enmascarar la cuestión principal, que se refiere a nuestro modo de entender la cultura. Al respecto, voy a citar algunos conceptos de Adolfo Colombres (Revista La Marea N° 25).

"Eduardo Galeano define a la cultura popular como un complejo de símbolos de identidad que el pueblo preserva y crea. Que quede claro: la cultura popular es la cultura del pueblo, no la que otros sectores hacen para el pueblo, por mucho que se venda o popularice, y ni siquiera para el pueblo (es decir, en su nombre). Buena parte de esta cultura viene de antes, forma parte de una tradición y podría en consecuencia ser llamada tradicional. Pero hay también una parte actual, que es la creación reciente de ese mismo sector, que busca dar respuesta a las necesidades que experimenta en ese momento histórico."

"No se puede soslayar en absoluto el tema de la cultura de masas, dada su gran importancia en el mundo actual. En realidad, más que de una cultura de masas se trata de una cultura para las masas, que no debe ser nunca confundida con la cultura popular, pues es creada, no por las mayorías, sino por un grupo de especialistas, al servicio de los grandes intereses económicos y no de una ética comunitaria. Esta cultura apunta a convalidar el orden de cosas existente y diluir toda crítica, para lo cual no vacila en aplanar los sentidos, banalizándolos, y en eliminar o ridiculizar los aspectos más contestatarios de la cultura popular, exaltando como contapartida los chabacanos, egoístas e intrascendentes. Y ello ocurre porque la cultura de masas se disfraza de cultura popular para ir vaciando a ésta de sus mejores contenidos, hasta tornarla digerible para todos y ponerla al servicio de lo único que en verdad les interesa: el consumo. La cultura de masas es una cultura para consumir, no para compartir; para dominar, no para liberar." (Los subrayados son míos).

Entonces, por encima de si nos gusta o no, pensemos un poco en lo que nos están vendiendo, con el cuento de hacer "potable" el tango para ciertos sectores. Más allá, a veces, de las intenciones de quienes defienden al tango-tecno.

Y yo sí estoy seguro de que el pueblo es, y será siempre, el que tiene la última palabra, por más que traten de impedirlo.

Ricardo Schoua

Una nota de humor
Querido Ricardo:

Durante unos días estuve convencido que la única persona en el mundo que compartía plenamente mis opiniones acerca del tango "nuevo" era Matilde Vitullo, pero luego de leer tu artículo "Punchi, punchi" entendí que no, que por lo menos somos tres. Tu artículo es exacto, lucido y de imprescindible lectura para entender esta plaga que nos azota. Te felicito y adhiero a cada una de tus palabras. Acerca del mismo tema, te envié (y lo publicaste, cosa que agradezco) una serie de consejos para bailarines de tango "nuevo", en tono de broma. A raíz de esa publicación, me han llegado varios mails, algunos para putearme, pero los más para felicitarme, por lo cual me anime a extender esos consejos a músicos, que quieran incursionar en este campo. Antes de empezar, dejo aclarado que no soy músico, y que mi conocimiento musical es solo de oreja, como bailarín, y sin ninguna base académica. ¡Ahí va!

Guía para las nuevas orquestas de "Tango Nuevo"

1.- Determinación del nombre de la orquesta

Que a ningún faraón momificado se le ocurran nombres grasas o demodé como "Alberto Fatigatti y su orquesta típica" o "Quinteto arrabal", no, no. La cosa debe ir más o menos por...

* Esquinazo Ensamble
* Tango Design Sound
* Contratango fusión club
* Tangomix
* Cybertango
* Tangobits

Y si alguno quiere hacerle caso al nono, que todavía vive y escucha a Corsini, y le quiere poner Quinteto Arrabal, que sea "Arr@bal" así, porque una arroba bien puesta le gritara al mundo lo modernos y actualizados que somos.

2.- Base musical o ritmo

Esto es muy fácil. Se toma el más estúpido chill out grabado en Ibiza, o música de pileta, o un bombeador funcionando lentamente (imprescindible batería).

3.- Melodía

Un bandoneón (creo que está de onda en el tango) largo, bobo y desafinado, que toque no mas de 3 acordes repetitivos, si se puede de un tango hiperconocido.

4.- "Accesorios"

Un locutor/a con voz lacónica que tontamente repite cada 10 segundos pavadas como... "la patagonia... punchi, punchi"... "la patagonia"... punchi, punchi"... O cualquier cosa que le venda nuestra argentinidad a los gringos. También se sugiere "entre pampas y aymarás... punchi, punchi". Es que de pronto me copa la onda étnica, ¿viste?

5.- Instrumentos

Aparte del antiguo y aburrido bandoneón, y de la batería sagrada, se sugiere instrumentos "alternativos" como cítara, o bangnon neocelandés, para curtir la onda fusión, que es tan moderna. Cuanto mas cables, botoncitos y lucecitas haya dando vueltas, mejor. Otra cosa que no puede faltar es una computadora, si es laptop mejor.

6.- Estética

Se recomienda cuero, camisetas musculosas, pelo muy largo, todos diferentes y si es posible, sucio. Pero uno de los integrantes de riguroso traje, corbata y pelo corto, por la onda pluricultural, viste? Otro detalle infaltable: Anteojos oscuros, aunque toquen en una cueva de murciélagos.

7.- Repertorio

Sencillito: De Piazzolla para atrás, nada.
Salvo que se agarre algo muy viejo, tipo Gardel, y lo destrocen.

Bueno, cuando lleguen al disco de oro, acuérdense de este gil que les dio la posta. Se van a llenar de guita, se van a llenar...

Víctor Danelinck


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Opinan los lectores

Sr. Director de TyCP. Amigo Ricardo, te saludo afectuosamente y paso a escribir mi opinión sobre el tema de la actualidad; Tango electrónico, neo tango, tango nuevo. Creo que debemos partir de la base que es una realidad y no interesa la motivación que tuvieron sus creadores. Yo pienso que es una desnaturalización del tango, se ha instalado en el mundo, principalmente en Europa. Yo habito en París, enseño a bailar tango aclarando que es tango argentino, típico, auténtico y que es aceptado por los concurrentes. Creo que no es criticando ni atacando a sus ejecutores como vamos a defender la autenticidad de nuestro tango, simplemente debemos trabajar, enseñar, escuchar, difundir y aclarar a cuantos se pueda lo que es auténtico y lo que no. El tango viene vigente desde hace más de cien años y en cien años más seguirá vigente, en cambio en pocos años nadie se acordará de estos nuevos cultores, porque seguramente ellos mismos ya estarán en otro proyecto. De todas maneras, las asociaciones de tango de Argentina deben defender la difusión del tango y asesorar a las autoridades del gobierno para que eviten apoyo oficial a personas o grupos que, en música o danza, interpretan un tango no tradicional, pues no olvidemos que es el "tango" nuestro representante en el mundo.

Para terminar, les cuento que días pasados almorzaba en un restaurante en Paris y en el televisor se veía un programa de música latina y en un momento anuncia un rincón de tango argentino, dejo de comer para ver y escuchar y pasaron un video de un tal Melingo con un tema titulado El Narigón. Jamás me sentí tan mal, tan decepcionado, pero es lo que aquí se ve. Esto indica que trabajan, producen, promocionan, invierten y hacen llegar su material. En casi todo el mundo hay embajadas argentinas y en ellas agregados culturales. Pidamos a quien corresponda que estos agregados trabajen también en la difusión de nuestro querido tango y manden a radio y televisión material respectivo. Si no lo hacemos, El Narigón seguirá siendo nuestro representante en el mundo.
Alfredo Salas
París, 6 de agosto del 2006

Amigo Ricardo
Ya te lo digo, El tiempo no dirá otra cosa ¡esto es una moda pasajera!
No hay nada que comprobar en el tiempo...
¡Pues hay razones musicales evidentes con archi repetidos desenlaces inevitables!
Sergio Franco

Estimado Ricardo: Los argumentos y comentarios que expusiste en tu nota del número extra de Tango y Cultura Popular, los califico con una sola palabra: excelentes. Coincido con el 100 % de los mismos. Yo quiero agregar por mi parte algunos propios.

Me considero una persona abierta a las innovaciones en la música, particularmente el tango. Te cuento que además de cantor, soy músico maestro de piano y profesor de teoría y solfeo. Cuando tenía 14/15 años, escuchaba maravillado la versión del Long play del inolvidable Octeto Buenos Aires del genio Astor. Eso sí fue el comienzo de una verdadera revolución en la música del tango, por la calidad de los intérpretes, la riqueza técnica de los arreglos, la originalidad de los mismos, la combinación asombrosa de los nuevos sonidos, etc., pero siempre manteniendo esa esencia genuina de nuestra maravillosa música. Cómo se atreven algunos músicos electrónicos actuales, a compararse con el Gran Maestro, ¿porque hacen algo nuevo? ¿Por eso es bueno, es genuino?. O ¿es un collage marquetinero? ¿Por qué rebajar la riqueza técnica intrínseca en el tango agregándole, como vos decís punchi-punchi? Tiene toda la razón el gran Mederos, nos quieren domesticar. Quieren que perdamos lo genuino y nos globalicemos y estandaricemos, en el mal sentido, apuntando para abajo. Yo les aconsejo a los músicos que quieran innovar en el tango, que primero estudien música en serio, luego que analicen y estudien a los grandes maestros del tango, como Troilo, Pugliese, Stampone, Leopoldo Federico, Horacio Salgán, etc. Luego, que creen su estilo de interpretar el tango y recién después, si tienen tiempo, ganas y talento, que creen algo diferente.

Por otro lado existen en la actualidad muchos músicos de gran valor, que no tienen difusión porque no interesan seguramente desde el punto de vista comercial, que es lo que gobierna a la música lamentablemente. En fin, tendría muchas más cosas para decir, pero no quiero ocupar más tu tiempo.

Como vos decís, Ricardo, el tiempo dirá si esta nueva expresión musical tiene algo de valor. Si lo tiene, perdurará y si no, como yo creo, se descartará.

Seguí en la brecha. Muchas gracias.
Horacio Fiorino
-Cantor de San Nicolás-

Hola querida gente de TyCP:

Creo que el soberano , siempre es el público. El público es quien levanta o baja el pulgar(los hay de la clase que "compra" todo lo que lo que los medios le venden y los que tienen criterio para poder elegir con que se quedan y con que no). Solo dentro de 5 o 10 años sabremos con certeza si el tango electrónico es o no una moda. En lo personal, hay cosas que me gustan, otras que me gustan y mucho y otras que no me gustan nada.

Ahora, si el tango de siempre, el que todos conocemos sabemos que es un clásico, que no va a morir nunca. Por qué seguimos polemizando con este tema?.Cada uno tiene el derecho de escuchar la música que quiera y nadie tiene derecho de descalificar a nadie. Ademas, los chicos que hacen tango electrónico estoy segura que solo quisieron experimentar. Creo que nunca se plantearon reinventar el género, referescar el género, evolucionar el  género, etc, etc. Solo quisieron experimentar.

Besos,
Marisela Fortuny

Las comparaciones son odiosas, con respecto al tango tecno, alguien dijo una vez, no hay música mejor que otra, tengo 52 años y me gusta todo tipo de música. Algo que me llamó la atención, cuando una noche bajó del escenario después de haber cantado (Por una cabeza) un joven de 18 años me dice: "ese tango lo conozco por Andrés Calamaro", te das cuenta el mensaje, dejemos que la vida fluya, escuchá lo que te gusta y para divertirte bailá cumbia. Es mi parecer che...
Armando Montiel
San Genaro Santa Fe Argentina,
y gracias por publicar mi señal de radio www.radiolt23.com.ar Desde el Alma

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